Bueno, en esta oportunidad (es la 9º edición y en mi caso, la 7º) elegí la Q. Otra vez, vi que Quimera estaba solita y decidí acompañarla con Quiebre (¿qué? ¿pero esta además de colifa inventa palabras?). Tranquil@s, no me miren como bicho raro, la palabra existe. Al menos, en Argentina y Chile. Y si no existiera la inventaría che. De última, este es nuestro diccionario. Si no miren a Nieves con sus palabras moradas cada semana.
Q de quiebre
Nos estamos leyendo. Un abrazo, che!
Lunfardiccionario:
Capa/o: jefe
Colifa: loco/a
Chau pinela: fin del asunto
Corno: cuerno / expresión de negación
Apampada/o: desorientada/o
Cagazo: miedo / pánico
Azotea: cabeza
Baile: alboroto, desorden, situación complicada
Quilombo: desorden, caos
Bolazo: mentira
Compadrita/o: valiente / cabrona
"Nada es evidente.
Nada está dado.
Todo es construido."
(Gastón Bachelard)
Vamos a ver. Los muchachos de la RAE dicen que quiebre es:
1. m. Argentina. Acción y efecto de quebrar o quebrarse.
2. m. Chile. Ruptura (‖ rompimiento de relaciones entre las
personas).
A su vez, quebrar (del lat. crepāre, estallar, romper con
estrépito) es entre otras cosas, Romper, separar con violencia. // Traspasar,
violar una ley u obligación. // Doblar o torcer (Quebrar el cuerpo). // Vencer
una dificultad material u opresión.
Antes de la maternidad quiebre era para mí sinónimo de acción de romper. Se me quebraban las uñas dos por tres así que decidí cortármelas y chau
pinela. Quebraban las empresas cuando los números no andaban bien. Quiebre
podía ser también una lesión en alguna parte del cuerpo como la muñeca, el
tobillo, etc. No le daba mayor importancia a la palabra que esa.
Sin embargo, con la maternidad se REsignificó mi idea de
quiebre. Ahora también tenía/tiene que ver con la idea de ruptura, de acción de
estallar y a la vez de vencer una dificultad material. Y para desarrollar esta
palabra voy a tomar un concepto científico desarrollado por el filósofo y poeta francés Gastón Bachelard; vengo de las ciencias sociales y , aunque en este momento estoy en paro biológico, soy como dice el dicho "el zorro pierde el pelo pero no las mañas" (che, no se asusten, el que avisa no
traiciona, prometo que esta elección tiene fundamento).
Me refiero al concepto de «ruptura epistemológica».
El acceso al conocimiento (como la historia de las ciencias)
está marcado por un corte, que separa lo pre-científico de lo científico; lo
que implica una verdadera ruptura epistemológica («coupure épistémologique»).
Bachelard consideraba que la ciencia progresaba a través de la superación de
obstáculos epistemológicos («obstacles épistémologiques»), porque todo
conocimiento, resaltaba, es aproximado. En este sentido, se conoce "en contra del conocimiento anterior,
destruyendo conocimientos mal adquiridos o superando aquello que, en el
espíritu mismo, obstaculiza la espiritualización". Algunos de los
obstáculos que deberá superar la ciencia son, entre otros, la opinión y la
observación básica, que deben sustituirse por el ejercicio de la razón y por la
simultánea experimentación.
Según Bachelard, la ciencia no puede producir verdad. Lo que
debe hacer es buscar mejores maneras de preguntar a través de rectificaciones (correcciones).
Cada superación de algún obstáculo epistemológico conlleva necesariamente otro
obstáculo más complejo.
Si, todo muy lindo ¿pero qué corno tiene que ver la
maternidad con el conocimiento científico? Esperá che, no seas apurad@. Ahí
vamos!
Desde el momento en que supe que estaba embarazada hubo un
quiebre en mí. Un quiebre en el sentido de un antes y un después. Apampada era poco. Mi vida
comenzaba o mejor dicho REcomenzaba a partir de ahí. Es decir, el embarazo fue
algo así como la primera ruptura epistemológica (sí, relativa al conocimiento
pero mi conocimiento). Antes tenía terror al parto, a la lactancia y ni hablar
a la cesárea. De sólo pensar en esos temas me bajaba la presión (sí, una
flojita che). Me daban tanto cagazo que ponían en duda mis ganas de ser mamá. No
obstante, la realidad y el test de embarazo me dieron tal cachetazo que mi
cabeza dio un giro de 180º. Ya no temía parir, es más ese era mi deseo. Parir
naturalmente a mi bebé. Ya no me impresionaba la lactancia. Yo deseaba poder
alimentarla de mi pecho. A la cesárea le seguía teniendo miedo (y con razón)
eso sí. Primer quiebre.
La segunda ruptura epistemológica fue el nacimiento de mi
hija. Se me voló la azotea. Traer un hijo al mundo es una sensación inexplicable. Una explosión de
sentimientos encontrados. Felicidad, tristeza, miedo, esperanza. Es un quiebre
en la vida de una mujer (y también de los varones, ser papá es un flash). Te
cambia el chip. Todo lo que planificaste o pensaste antes de ese momento se
desmorona en un segundo. No basta con repetir la frase trillada “un hijo te
cambia la vida”. No, un hijo revoluciona tu vida anterior. Y ésta entra en
crisis para dar paso a un nuevo comienzo (conocimiento: la maternidad). Segundo quiebre.
La tercera ruptura epistemológica aparece cuando llegás a tu
casa con la (el) bebé en brazos. ¿Y ahora qué? Ahora empieza el verdadero baile. Menudo quilombo te espera. Nadie
te dijo cómo seguir y aunque te lo hubieran dicho de nada serviría. Ahora estás
sola (están solos mamá y papá) frente a una mini personita de 2,800 kg que lo
único que hace es dormir, comer y llorar. A eso sumale que no se prende a la
teta y que cuando tratás de prenderla pone el grito en el cielo y no para
durante 3 horas. Sumale también que llegaste a casa un sábado y que no dormís
desde el lunes a la noche, víspera del nacimiento. Estallar por dentro es poco.
¿Cómo entenderla? ¿Cómo hacerte entender? ¡Que pulmones tiene esta criatura!
¡Mamita querida! Tengo sueño. Quiero dormir o no voy a poder seguir. No,
definitivamente no puedo con la maternidad. No es lo mío. ¿No hay devolución?
Cigüenaaaaaaa!!! ¡Maldita letra chica! Y un sin fin de barbaridades que pasan
por la cabeza de una parturienta. Pánico escénico. Ojo, también me moría de amor por mi hija
pero el terror de los primeros días era desesperante a tal punto de asfixiarme
y paralizarme. Obstáculo si los hay. Pero la maternidad es eso también superar
obstáculos continuamente. Como saber elegir las puertas y los caminos del
laberinto. Hay obstáculos y a medida que los superamos se presentan otros
mayores. Es un círculo sin fin. Tercer quiebre.
La cuarta ruptura epistemológica aparece cuando ya en el
ejercicio de la maternidad (y luego de haber superado el temor inicial) echás
por tierra la opinión ajena y la mera observación básica. Antes era fácil mirar
la crianza desde afuera. Una papa! Antes del parto te empapás de consejos
habidos y por haber. Como sos nueva en el tema no desestimás ningún tip. “Ojo
con los brazos que se envician”, “La teta cada 2 o 3 horas”, “Si la acostás en
tu cama no la sacás más”, “Hay que dejarla llorar para que desarrolle los
pulmones”, “Ojo que a veces lloran por capricho”, y una lista interminable.
Pero desde afuera pensás, parece sencillo de manejar (¿Manejar? ¿Acaso pensás
que un hijo es como un auto? Pobre ilusa!). Nunca más errada. Un hijo es un hijo
nada más y nada menos, con todo lo que eso implica. Estamos hablando de una
persona (que aunque chiquita y proyecto de adulto) tiene necesidades y su
propio carácter. Todo lo que antes creías o al menos creías saber entra en
crisis. Todo lo que te dicen te suena a bolazo. Y entra a valer tu propia experiencia y tu propio razonamiento de las
cosas. No es lógico dejar llorar a una criatura de días. ¿Con qué propósito? Si
a mí me quebró la vida ni hablar de ella. Nueve meses gestándose en el vientre, un lugar cálido y acogedor.
El ideal. Y de pronto, salir a un universo totalmente desconocido, lleno de
inseguridades. No está preparada para afrontarlo sola. Depende de SU mamá (YO)
y si llora es porque ME necesita y yo a ella porque me parte el alma verla
sufrir. Los brazos y el pecho son el lugar más parecido a lo que supo ser su
morada. Por qué negárselos. Te das cuenta (me doy cuenta) que hay infinitas
formas de maternidad y crianza como madres e hijos. Cada hogar un mundo. Este
es el mío y puedo elegir lo que mejor crea para el bienestar de mi pequeña. No me las sé todas. No. Pero tengo una herramienta que me guía, mi propia intuición. Los de afuera son de palo. Sí, me volví madre y compadrita. Cuarto quiebre.
Pero hay una ruptura de la que no hablé y no es menos
importante. El nacimiento es un corte, una separación. Mi bebé nació y le
cortaron el cordón umbilical que la unía a mí. Ese cordón que nos volvía
indivisibles. Únicas. Y de ese quiebre nos quedaron heridas, esas heridas de
las que hablaba Bego la semana pasada. A Muriel le quedó el ombligo y a mí la
cicatriz de la cesárea. Esas marcas que llevaremos de por vida para que no
olvidemos que alguna vez fuimos una sola persona.
De todo lo antes dicho, saco en limpio que la noción de ruptura
epistemológica contiene dos principios generales que contribuyen a su
aplicación, el reconocimiento de los
obstáculos que nos genera el conocimiento social y la aplicación de las técnicas de ruptura que evitan la voluntad
reproductivista que genera no cuestionarnos a fondo conceptos a priori dados por obvios en la
cotidianidad.
Como ven, la maternidad y el conocimiento científico van por
caminos paralelos. Ambos generan infinitos quiebres y rupturas. Y vamos
superando esos quiebres a medida que vencemos los obstáculos que se nos
presentan ante los ojos. Por eso para mí la maternidad es ruptura epistemológica. Por
eso para mí la maternidad es laberinto y utopía. Por eso para mí la maternidad es un quiebre
infinito.
“El conocimiento de lo real
es una luz que siempre
proyecta alguna sombra".
Gastón Bachelard
Nos estamos leyendo. Un abrazo, che!
Lunfardiccionario:
Capa/o: jefe
Colifa: loco/a
Chau pinela: fin del asunto
Corno: cuerno / expresión de negación
Apampada/o: desorientada/o
Cagazo: miedo / pánico
Azotea: cabeza
Baile: alboroto, desorden, situación complicada
Quilombo: desorden, caos
Bolazo: mentira
Compadrita/o: valiente / cabrona
Pao....tu ultimo quiebre, el quinto...me has dejado....tocada.
ResponderEliminarEfectivamente, un dia fuimos uno. Y aunque lo notas, esa union especial, te agradezco no sabes como que me hagas pararme y recordarlo.
Con tantas prisas en nuestra vida actual, a veces se me olvida....
Besos grandes!
Es fuerte pensarlo no? No es algo que tengamos tan presente cada día... y cuando lo pienso se me pone la piel de gallina y no me lo creo!!!
EliminarBesotes gordos llenos de emoción!
Para mi quiebre es lo que hacen algunos futbolistas. Tú aunque la palabra no existiera, como eres una capa colifa y compadrita (por valiente). Chau pinela.
ResponderEliminarEl tercero de los quiebres, al llegar a casa desprotegido, la verdad que acojona... pero te vas dando cuenta que eres capaz de eso y más. Es que tampoco te queda otra, o lo echas para adelante o nadie lo va a hacer por ti.
Jajaja esa es otra acepción que se me chispoteó!!! jajajaja que groso que sos Moi... ya la tenés re clara con el lunfardo!!!
EliminarEl tercer quiebre es durísimo... jajaja llegás a tu casa y en vez de puerta te chocás con una pared!!! Pero como decís vos, te vas dando cuenta que sos capazde eso más... echar para adelante... como nunca!!!
Gracias, genio y figura...
Espectacular!!!!!!! Y es que lo de la maternidad, ni aunque te lo cuenten te piensas que es un antes y un despues!!!!!!!
ResponderEliminarLa palabra la conocía, en el curso de coaching que hice.... Le llaman quiebre a cuando el ser humano llega a un punto que se queda como estancado, y se rompe psicologicamente hablando......
Muy buen post
Gracias Bea!!! Es inimaginable... un flor de quiebre (por lo grande, por lo intenso)
EliminarSí, en psico se usa bastante la idea de quiebre emocional...
Un besazo nena!!!
Laberinto y utopía... ¡Me encantaaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarMe ha encantado de principio a fin porque me flipa como escribes, así, sin más.
Admiro tu palabra, tu "toque" especial (ché!), tu manera de mezclar lo terrenal con lo casi divino.
Y me faltaba que te decantaras hoy por el lado científico, a mí, a la literata de las ciencias puras.
Eres "grosa", siamesa. Mil aplausos de los de dejar las manos enrojecidas y picando.
Un beso más que grande y una tremenda ovación.
Jajajaja nena! Me hacés reír con tus comentarios... Me morí con los mil aplausos de manos enrojecidas...
EliminarGracias porque me hacés poner colorada y me levantás el ánimo hasta el Everest!!! Que bueno que te haya gustado... la tuya me encantó y me partió al medio... Te quiero siamesa!!!
UFFF... Pao, reina!!! Dónde está tu tope? Dónde tu límite? Porque con cada post que dedicas al AZ me dejas la boca más abierta, a punto de desencajar mandíbulas... Sabes de lo que te hablo, no?
ResponderEliminarMe tienes sencillamente loca. Es impresionante.
Has descrito con tus cinco quiebres los cinco primeros hitos de la madre en construcción.
Me dejas desmontada, sin anclajes, sin palabras. Eres bárbara, che!!!
Qué demonios leía yo antes de conocerte???
Un abrazo inmenso!!!!
Ay Vero... vos como Noni me hacen poner colorada... jajajaja me encanta el diccionario y es que me inspira y me permite mechar lo que me gusta, lo que sé...
EliminarNo había planeado cuantos quiebres poner pero me fueron saliendo al volver a aquel momento y creo que a todas nos pasó algo así en mayor o menor medida...
Gracias por tanto cariño... sabés que es mutuo... y que cada post tuyo que leo me deja boquiabierta por tu gran talento y como dice Pau (d)escribir!!! Amo tu blog, sos mi ídola trimadre!
Un abrazote inmenso para vos y dos besotes
Grandisima Pao!! Mi argentina linda, este post no lo lei, resonó en mi cabeza como si me lo estuvieras contando tú misma con ese acento que me flipa. Me he emocionado mucho, me identifico contigo en tantas cosas... En ese terror al parto, en esa cesarea que quedará en nuestros cuerpos para siempre, en esa locura de no poder mas con la bebita a la vez que la amas con todas tus fuerzas...Termino como empecé: grandisima Pao!! Besos transatlánticos, reina.
ResponderEliminarCarol, hermosa... gracias por todo lo que me decís...
EliminarQue bueno que tengamos tantas cosas en común... Me alegra haberte conocido y mil gracias de nuevo por el homenaje en tu blog...
Te extrañé la semana pasada, las vacaciones son sagradas che!
Besotes transatlánticos y gigantes!
Tú siempre me recuerdas los días de en que caminaba por pasillos de la facultad. Que eres de humanidades y de la pública latinoamericana, que no soy española che y no me engañas jajaja, que me suenas a mis cafés con cigarrillo (hace mucho que no fumo) hablando filosfía dura, de vida Bohemia, de Baudrillard, de Foucault, del genio de Dali y del misterio de latinoamerica pobre y corrupta. En fin, que leerte es como volver a los días en que tenía amigos intelectuales y no saber que éramos los único, que fuera de la facultad nadie entendía nuestras citas ni nuestros guiños.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso desde el pasillo de filosofía y letras que algún día habité.
Que lindo que te recuerde esa época, nena!!! Yo también extraño los días de facultad, de charlas de café y parque... extraño a Foucault y Baudrillard, los mates en clase, las charlas de pasillo y los amigos hippies bohemios... Gracias por traerme esa época a la memoria...
EliminarUn abrazote desde los pasillos de sociales para filo y letras con amor y nostalgia...
guauuuuuuu me ha encantado tu entrada... de ahora en adelante entra a formar parte de mi vocabulario diario... y es que tienes tanta razón!!!! desde que sale positivo es quiebre tras quiebre de lo anterior y también me queda a mi la cicatriz del 5º quiebre... feliz día
ResponderEliminarViste? Es que es una palabra que nos viene como anillo al dedo... desde el positivo, y es incríble cuántos quiebres podemos vivir con la maternidad... la cicatriz es esa marca que nos lo recuerda cada día... Un besote y me alegra que te haya gustado. Gracias. Feliz día para vos también.
EliminarHola mi niña!!
ResponderEliminarHija, eres una máquina, de verdad!!
Me identifico mucho con la llegada a casa del bebé... Madre mía, de repente te encuentras sóla en medio del océano y quiebras... emocionalmente, físicamente, porque es cuando realmente acusas el cansancio, inexperiencia, yo incluso me sentía sóla... Aunque no lo estaba!!! Las hormonas, ya sabes...
El cuarto quiebre... amén a todo lo que dices.
Me ha encantado como siempre!! Un besito, pero no quebrado ¿vale? Mmmmmmuak!
La llegada del bebé a casa es caos por donde lo mires... lo que te cuentan en novelas y películas es puro cuento, chamuyo barato jajaja y el cuarto quiebre... que cada uno mire su ombligo che!!!
EliminarGracias Mixka o Vero... sos un amor... Besote NO quebrado che!!!
Ay Pao...me volviste a tocar la cicatriz de la cesárea magistralmente....cada vez que lo haces me trastocas!! Yo también le tenía pavor a que me rajaran, pero fíjate que después de tantas horas, cuando me dijeron de hacerla yo ya la estaba deseando. Y esa ruptura de cordón...ya te digo que me ha dejado trastocá...que bonito :')
ResponderEliminarBesos geniaaaaaaaaaaaaaaaa
Ay Lois... no iba a hablar de ella, en principio no era la idea, pero es algo recurrente, entrada tras entrada... esa herida o cicatriz que nos marca de por vida... ese tatuaje en el cuerpo y en el alma...
EliminarLa ruptura del cordón, es EL quiebre!!!
Besotes hermosaaaaaaaa, gacias¡!!
De verdad, no se qué os han dado de comer esta semana.
ResponderEliminarPao has estado magistral, brillante espectacular.
Me quito el sombrero y te lo lanzo.
Genial todos los quiebres y me quedo con el quinto!!
Un besazo
Yo sólo comí torta de chocolate a montones! Dicen que chocolate activa, será? jajaja
EliminarGracias miles Mª José!!! Otra que me hace poner coloradísima...
Un besote enorme ohana hermosa!!! ;-D Loviuuuuu
Pues is la maternidad es una ruptura con tu vida anterior, para comenzar una "aventura" interminable, que te abre puertas nuevas y cierra otras. Pero para mi es una ruptura o quiebre como tu lo llamas que emrece 100% la pena y la nueva vida que nos espera y nos da la maternidad(con sus miedos) es maravillosa.
ResponderEliminarUna entrada genial. Un beso
Tal cual... un quiebre del que jamás me voy a arrepentir... vale la pena y cómo... ya no concibo la vida sin ella y con eso te digo todo!!!
EliminarMaravillosa maternidad de principio a fin...
Gracias nena, que suerte que volviste esta semana!!! Besotesssssss :D
Soberbia, Pao. Una vez más, y como no podía ser menos porque ya nos vamos conociendo. Y pienso que para escribir de esta manera una ha tenido que experimentar también un quiebre, desde el punto de vista epistemológico de Bachelard. Es necesario romper con lo conocido, especialmente con lo que a uno le han enseñado, y empezar a vivir la realidad desde dentro, aceptando sus claroscuros. Solo así se alcanza la sensibilidad suficiente para transmitir de un modo tan emocionalmente certero.
ResponderEliminarEn lo que respecta a la maternidad, de acuerdo al cien por cien. Y, de hecho, considero necesario quebrar. Porque ese quiebre permite ver nuestro FONDO, y solo siendo auténticas, reales (con nuestras luces y nuestras sombras), somos capaces de sentir de forma completa... y a partir de ahí fabricar felicidad.
Benditos aquellos días universitarios, en los que yo estudiaba Epistemología de la Comunicación y pensaba que de ese quiebre intelectual saldría algo que cambiaría el mundo... Hoy, como madre, creo que ese sueño es posible.
GRACIAS PAO!!!! Mi más profundo cariño y admiración.
Reina morá!!! Sos grande hasta para comentar che... Varias veces toqué fondo... pero creo que nunca voy aprender del todo... y no sé si alguna vez me sienta completa o sienta de forma completa (es complejo en mí)... la cosa es intentarlo y poder fabricar felicidad como vos decís... Disfrutar de lo bueno y aprender de lo malo, de los errores y equivocaciones.
EliminarYo también estudié Comunicación pensando que iba a cambiar el mundo... pero si puedo al menos cambiar el pequeño mundo de mi hija y permitirle crecer libre, con principios y valores, con amor y respeto, con solidaridad y generosidad, con un poco de amor propio y con mucho amor para dar... creo que ahí habré aportado mi granito de arena más importante... después de todo cambiar el mundo no es imposible...
El Che Guevara decía que "lo imposible sólo tarda un poco más"...
En ese camino andamos. Te quiero. Gracias por todo!
Qué cosas más bonitas y más profundas escribes. Leerte es como asistir a una clase de Filosofía y otra de Literatura. ¡Me ha encantado! Coincido con todos tus quiebres (bueno, aunque yo no tuve cesárea, alguna herida me hicieron en los bajos fondos con la tijera).
ResponderEliminarUn beso enoooorme :-)
Isa!!! Gracias... me pone re conteta que te guste leerme...Gracias miles de verdad... me siento mimada!
EliminarCuántos quiebres pasamos, el tuyo también cuenta che... flor de cicatriz esa... de sólo pensarlo me agarra cosquilla
Besote enorme enorme y todo mi cariño hermosa :)
Lo que aprendo contigo niña, cada semana algo nuevo, me encanta. La palabra quiebre me ha tocado la fibra y la frase del final... Lo has bordado!
ResponderEliminarY vuelvo a aparecer por ahí...un semana más, todo un honor que te acuerdes de mí en tus entradas.
Un besazo
Gracias Bego... últimamente tus entradas inspiran las mías que le siguen, por eso te nombro... porque me calan hondo y me tocan la fibra como decís vos...
EliminarGracias, gracias y gracias.
Un besazo enorme ♥
No puedo estar mas de acuerdo en que la maternidad es un quiebre, de todo, una madre se reescribe cada momento.
ResponderEliminarUn abrazo
Si... es así como lo decís Yuria... un abrazo grande
EliminarQue bueno que volviste y con tiempo ;-D
Sublime nena!! me encanto tus quiebres que coinciden con los mios,todavia recuerdo mis llegadas a casa con mis niños y es que era un mar de dudas pero cierto es que lo mejor es dejarse guiar por nuestra intuicion, sino la gente te prepara un quilombo de narices ...
ResponderEliminarOle tu!! y los quiebros de la maternidad que siempre son necesarios para aprender.
Un besazo Che!!
Hola hermosa! Te vamos a extrañar esta semana... pero como le dije a Carol, vacaciones son vacaciones che!
EliminarLa llegada a casa es un cachetazo en seco! ¿Y ahora qué? Pánico total...
Me alegra que te haya gustado. Gracias por leerlo (aún de vacaciones)
Besotes enormes y a disfrutar!!!
Definitivamente es la única forma en la que nos reinventamos!, porque sin esos quiebres seríamos tan ignorantes como antes de los bebés jejeje
ResponderEliminarVisto desde afuera es otra vida, definitivamente.
Excelente manera de definir como es que nos sentimos cuando pasamos por esto...
besos
www.mamiandbaby.net
Qué filosófica estuviste!! Me siento tan identificada con esa palabra, así tal cual como tu la defines que ya me quedé sin habla para expresar... Demasiado hermoso tu Post!! Abrazos
ResponderEliminarmuchos quiebres.... y los que nos quedan. La maternidad lo ha cambiado todo y aunque esté lleno de obstáculos es un camino tan intenso y bello que no lo cambiaría ni por el peor qiuebre del mundo!!!!
ResponderEliminarY si además conoces bellas personas con las que compartir estos momentos y experiencias, mejor que mejor!!!!
Muchos besotes!!!!
Querida, Pao, es para lewrte una y otra vez porque en cada lectura encuentro algo nuevo. Gracias por contarnos todas esas cosas que también sentimos pero no podríamos expresar. .
ResponderEliminar:-)