jueves, 5 de diciembre de 2013

La maternidad de la A a la Z - S de Sombra

Este post pertenece al diccionario colectivo #azdelamaternidad ideado por mi amiga Vero, Trimadre a los 30.

S de sombra


"Uno no se ilumina imaginándose figuras de luz,
sino tornando la oscuridad consciente."

Carl Jung

Antes de ser mamá sombra para mí era tal y como la define la RAE en sus distintas acepciones:


1. f. Oscuridad, falta de luz, más o menos completa.
2. f. Proyección oscura que un cuerpo lanza en el espacio en dirección opuesta a aquella por donde viene la luz.
3. f. Imagen oscura que sobre una superficie cualquiera proyecta un cuerpo opaco, interceptando los rayos directos de la luz.
4. f. Lugar, zona o región a la que, por una u otra causa, no llegan las imágenes, sonidos o señales transmitidos por un aparato o estación emisora.
5. f. Falta de luces y conocimiento.

Sombra en definitiva y para todos es aquella figura que se dibuja en el suelo o las paredes por efecto de la luz. Lo oscuro o aquel lugar "desconectado del mundo". Cuando algo me costaba aprehenderlo sentía que esa asignatura pendiente era una sombra. 
En aquel entonces ignoraba el significado más pesado que encierra esta palabra. Y llegó la maternidad y rompió todos mis esquemas. Allí es cuando entró en juego la acepción de sombra que hoy traigo al #azdelamaternidad.

La maternidad y mi propia sombra

"Y yo sola con mis voces, 
y tú tanto estás del otro lado
 que te confundo conmigo."
Alejandra Pizarnik

No supe hasta que vi nacer a Muriel en qué lío me estaba metiendo. Todo aquello que me habían contado, lo bueno y lo malo, me parecía un cuento chino. 

No entendía por qué estaba triste en el momento más feliz de mi vida. No entendía por qué no tuve un parto natural. No entendía por qué no la pusieron en mi pecho. No entendía por qué nos habían separado. No entendía por qué no podía prender a la teta a mi hija. No entendía por qué cada vez que miraba a Muriel rompía en llanto. No entendía por qué me sentía tan vulnerable, tan débil. No entendía por qué era un nudo de culpas y frustraciones. No entendía por qué no pude ni supe defenderme de tanto maltrato y humillación obstétrica. No entendía cómo yo podría hacerme cargo de la luz de mi hija. No entendía por qué no podía calmar su llanto. No entendía por qué me sentía tan poca cosa. Y no sólo no lo entendía yo. No lo entendía nadie a mi alrededor porque lo único que hacía era llorar y machacarme todo lo malo. 

Estaba claro que estaba aterrada. Pero en medio de esa confusión existencial había una bebé de 2,600 gr que esperaba ser amada y contenida. Una bebé que estaba igual o más aterrada que yo por haber salido de aquella cálida morada que la acurrucaba y chocarse con un mundo frío lleno de ruidos y caras raras. Esa bebé era (es) mi hija. Sin embargo, me costaba digerir la realidad. Si no puedo hacerme cargo de mi vida a los 30 años, cómo voy a hacerme cargo de la vida de alguien más. Y para más complejidad, hacerse cargo de la vida de un hijo significa darle protección, contención, amor, alimentación, educación, seguridad, valores... ¿Yo iba a ser capaz de tanto? Miraba a mi hijita y le pedía perdón por ser (hablando mal y pronto) tan boluda. Creía que estaba enloqueciendo. Tantos años deseando ser mamá para de golpe y porrazo no estar a la altura de las circunstancias. No poder darle la teta me estaba haciendo mal. Cada vez que me curaba la herida de la cesárea me encerraba a llorar en el baño porque no podía borrar de mi cabeza la odisea que habíamos pasado (Muriel y yo) en el Sanatorio. Era cerrar los ojos y ver a la obstetra de turno apretándome las tetas (contra mi voluntad) con un pañal como aplaudiendo fuerte. Ese día que creí morir de tristeza. Ese día que deseé morir por ser tan débil, por no haberla cazado de los pelos y mandarla a la reverenda mierda. Cada vez que veía a Muriel me sentía sucia, ultrajada. Era una sensación horrenda porque amaba a mi hija con toda mi alma y sentía que le había fallado desde el principio.

Los días pasaron. Demi volvía a trabajar y yo tuve que enfrentarme a mis miedos y hacerme cargo de nuestra hija sola durante el día. A medida que nos acercábamos, Muriel y yo, empezamos a conectarnos. No fue fácil. Al principio no le gustaba estar en brazos. Otro golpe bajo. No obstante me fui amoldando a sus necesidades. Yo estaba mal pero ella debía estar peor en un lugar desconocido y me necesitaba muchísimo. Pensar en eso me hacía tomar fuerza. Verla crecer bien y sana a pesar de alimentarse con leche de fórmula me levantaba un poco el ánimo (aunque en el fondo yo no me perdonara el fracaso). Pensaba: "no pude alimentarte naturalmente pero puedo darte todo mi amor". Y así fueron pasando los meses y cada vez nos fuimos conociendo un poco más. Pensar en que yo sería el modelo de mi hija, me obligaba a querer ser mejor persona y a tratar de alejar mis miserias. Pero no siempre era fácil. Es como si tuvieras que actuar un papel constantemente. ¿No sería mejor buscar la raíz del problema y arrancarla?

Así empecé a investigar sobre violencia obstétrica. Así descubrí los foros y blogs de maternidad. Así, hablando con una amiga, también primeriza, descubrí a Laura Gutman y su libro La maternidad y el encuentro con la propia sombra. No voy a hablar de ella ni de las críticas (muchas) que me merece éste y otros libros suyos. Eso queda para otro post. Me interesa rescatar su idea de sombra. Porque fue allí donde pude ponerle nombre a lo que sentía. Volví a las clases de psicología y volví a Carl Jung, psiquiatra y psicólogo suizo, del que ella toma el concepto de sombra"La sombra es aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconsciente." (Jung) Esta suma de disposiciones psíquicas personales y colectivas no son asumidas por la consciencia por su incompatibilidad con la personalidad que predomina en nuestra psique. Sin embargo, estos contenidos rechazados no desaparecen, y cuando cobran cierta autonomía se constituyen en un agente antagonista del yo, que mina los esfuerzos de éste. Por otra parte, en la conciencia también se produce en ocasiones una sensación de desequilibrio, producida por la añoranza de aquello que no aceptamos o no sabemos encontrar en nosotros mismos: de ahí el carácter marcadamente ambivalente de lo inconsciente, que según los casos puede actuar tanto como recuerdo antagónico, que pone de manifiesto las carencias del yo consciente como en alivio compensatorio de esta misma insuficiencia.

Lo que me interesa en Laura Gutman (L.G.) tiene que ver con la fusión mamá-bebé y el encuentro o choque brusco con nuestra propia sombra. Con el nacimiento de nuestro bebé sufrimos una desestructuración emocional. El parto implica una ruptura, pero a la vez tanto bebé como mamá entramos en fusión emocional para SER. Es el bebé el que manifiesta nuestra sombra, aquello que nosotras las mamás desconocemos en la consciencia. A partir de esto, yo pensaba en todo lo que había sufrido previo y después del nacimiento de Muriel y empecé a preguntarme si su constante rechazo a la teta no tenía que ver con un rechazo mío a todo aquello. Empecé a preguntarme si su rechazo a los brazos no tendría que ver con mi angustia excesiva. En la carita se le hacía una erupción a la vez que yo me brotaba de urticaria. Por la noche lloraba desconsoladamente y no encontraba forma de calmarla. Sólo se tranquilizaba en brazos de su papá, chupándole el dedo meñique. Y no me daba cuenta que yo lloraba durante todo el día. Que estaba alienada y me había quedado en aquel baño del Sanatorio encerrada sin poder salir ni pedir ayuda. Creo que hay algo de todo esto. Recién cuando pude ir procesando la maternidad, poco a poco, Muriel empezó a llorar cada vez menos por las noches. Empezó a calmarse en mis brazos. Empezó a sonreír. Empezó a conectarse más conmigo. No comparto (entre muchas otras cosas) cuando L.G. dice que los bebés que duermen mucho se sienten solos. Muriel recién empezó a dormir bien cuando yo me reconcilié conmigo y con ella. Cuando más dormía de noche era cuanto más conectadas habíamos estado durante el día. 

Sí, lo reconozco. El nacimiento de mi hija fue el cachetazo más brusco que recibí en mi vida. Nunca antes había tenido semejante sensación de desasosiego. Nunca antes me había sentido tan cerca de la locura y la sinrazón. Toda mi oscuridad se hacía presente y yo sin enterarme. Gracias a mi hija pude sacar afuera temores e inseguridades que traía conmigo. Gracias a ella me di cuenta que no estaba preparada para ser madre y tuve que procesarlo. Tuve que pelearme conmigo misma y con mi egoísmo para poder fusionarme. Tuve que tomar y aceptar el fracaso como la sombra que me acompañará siempre por más que me perdone. Fue un proceso largo para mí e imagino que para Muriel lo fue también.  No estoy orgullosa de muchas cosas mías. Pero hoy después de 21 meses me siento orgullosa de ser mamá de una hija tan especial.

La sombra entonces hoy cobra una significación diferente. Es aquello velado, aquello que no reconocemos en nosotros mismos y nos fuerza una y otra vez. Son esos rasgos del carácter más oscuros irreconciliables con lo que creemos y queremos ser. Sin embargo, sólo podemos completarnos con nuestras luces y nuestras sombras. Después de todo, y parafraseando a mi querido Eduardo Galeano, "somos lo que hacemos para cambiar lo que somos."


"Si existiera algo que quisiéramos cambiar en el niño, 
deberíamos primeramente examinar y ver si no hay algo
que podría ser mejor para cambiar en nosotros mismos"
Carl Jung


31 comentarios:

  1. Pao.... tus palabras me hicieron explotar en llanto. He sentido que habías escrito mi propia historia con LaMayor. Tu post de hoy está tremendamente conectado con el mío.
    Me parece impresionante los sentimientos que has volcado... Sabes que estoy de acuerdo en todo, lo hemos hablado muchas veces... En esas sombras de la maternidad a las que Laura Gutman se refiere, aunque sólo estemos de acuerdo en el concepto. Porque nos hemos sentido en "la oscuridad" de una manera u otra.
    El post es soberbio Pao. Efectivo, bello, revulsionante, catártico.
    Eres genia y punto!!!!!!
    Un abrazote preciosa mía!

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    1. Vero, yo sentí lo mismo. Que nuestros AZ estuvieron conectados esta semana.

      Gracias por todo, por comprenderme, por compartir la maternidad conmigo. Gracias por leerlo.

      Un abrazote enorme... la genia sos vos!!! Loviuuuuuu reload!!!

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  2. No se como expresar lo que he sentido al leerte. Una mezcla de tristeza y alivio, me parecía estar leyéndome a mi misma. Mi sombra es muy larga y me produjo y produce tanto dolor como te ha producido a ti. Me he sentido sola, humillada, ninguneada, desesperada. Pero me llena de esperanza leerte. Qué duro es, qué poco se nos comprende y acompaña.

    Un abrazo enorme, de esos que un día hubiesemos necesitado tanto.

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    1. Ay Pepita, qué difícil es. Tenemos que usar todo lo sufrido para modificar nuestro futuro. No es cosa sencilla. Ya lo decía el Che Guevara, "lo imposible sólo tarda un poco más".
      Convirtamos el dolor en crecimiento. Aunque nunca olvidemos, porque la sombra es parte de nosotras.

      Es cierto que se nos comprende y se nos acompaña poco desde el sistema de salud. Es una de las cuentas pendientes, luchar para cambiarlo. Que dejemos de ser un número. Somos personas.

      Gracias por el abrazo, lo recibo con alivio y te mando otro muy grande para vos!!!

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  3. Todo esto está conectado con los tabúes que hay alrededor de la maternidad. te dicen qué debes sentir, y si no lo sientes, te encuentras mal contigo misma, te sientes rara, algo anormal dentro de la especie humana y, por ende, femenina. Mi hermana pequeña está ahora embarazada y le he dicho que no haga caso, que ella se puede sentir como y lo que quiera, que no hay leyes escritas sobre ello y que sentir diferente a (como cuentan) otros no implica no ser natural.

    enorme, Pao

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    1. Si, Pauli. Es un poco de todo. Las exigencias culturales hacia la mujer y la poca contención a nivel sanitario y laboral sumadas a la historia personal de cada una juegan un rol determinante. Es cierto que debemos escucharnos más a nosotras mismas... pero sabiendo que el parto implica una ruptura interior y un REnacer.

      Besotes, che! Gracias ;-D

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  4. Inmensa, como siempre, como no podía ser menos cuando abres el corazón y te enfrentas a él sin miedos, sin reproches. También veo conexión con mi cuento sobre XANADÚ. Porque yo siempre he viajado a mi interior, y he conseguido conciliar mis sombras, mi hielo, con todo lo que soy. Ha sido en ese universo "oscuro" donde más y mejor me he conocido, y donde, como tú has expresado aquí, he encontrado el camino hacia la luz.
    Respecto a los hijos, son antenas emocionales conectadas a nuestra alma, y en mi opinión, vida tras vida. En nuestra mano está lanzar las ondas adecuadas para facilitarles su camino, ser ese guión del que hablabas ayer, esa sonda hacia la profunda inteligencia emocional.
    Maravillosa, un día más. Deseo con el alma que puedas publicar un día tu propio ensayo sobre la maternidad. El mundo debería conocerlo, sin lugar a dudas.
    Un besazo infinito, corazón!!!

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    1. Gracias Luci!!! Si, hay profunda conexión con tu XANADÚ. Por eso me emocionaste con tu relato, con tu morada de hielo blanco.
      Yo creo que ser mamá o papá es una oportunidad de cambiar el curso de la historia. Tod@s tenemos nuestras luces y sombras. Pero está en cada mamá y papá darle herramientas a sus hij@s para poder enfrentarlas en el futuro. Yo no quiero que Muriel sea como yo, quiero que sea ella. Libre de mis cargas emocionales y frustraciones. Nosotros sólo podemos facilitarles el camino. Pero ell@s deben recorrerlo.

      Gracias miles, siempre!!!! Un besazooooo enorme!!!

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  5. Pao!!! Me ha encantado.. No sé que me pasa cuando te leo, que aún no habiendo vivido esas experiencias las hago mías... Me hace quererte más y admirtarte.

    Pero lo que más me gusta de todo, es ver que las sombras no se han apoderado de tí, sino que has ido para adelante, haciéndote fuerte y reforzando las conexiones con Muri...

    Un besazi

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    1. Majo!!! Ya te lo dije ayer, me hiciste emocionar con tu comentario. Gracias totales. Yo también te quiero mucho!!!

      Un besazo enorme, amiga!!!

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  6. Hola somos un grupo de mamás comprometidas en convatir el aislamiento social, me voy a permitir compartir tu entrada y espero no haya ningun inconveniente.

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    1. Hola Paulina! No hay problema! Gracias por leerla y compartirla!

      Un abrazo.

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  7. Pao, hermoso testimonio de sinceridad y valentía. Grande por ser capaz de reconocer tus sombras y querer superarlas que no eliminarlas pues como bien dices forman parte de ti y de cada uno de nosotros.

    Por supuesto que yo también tengo las mías. En la maternidad y en todo lo demás y me alegra leer tu última frase pues me ayude a reconciliarme con ellas.

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    1. Bego, muchas gracias. Todas tenemos nuestras luces y sombras. Hay quienes saben convivir con ellas sin que les afecte y otras que somos más débiles y enroscadas. Yo espero saldar todas las cuentas con mis sombras y dejar de darle tantas vueltas a todo, para sencillamente VIVIR cada momento!!!

      Un besote enorme, amiga!

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  8. Oooo Amiga esa sombra que aunque nos persiga no debemos dejar que nos haga daño yo ya he contado mi no parto idílico en la Q de Quirofano lo mal que lo pase y la depresión que me produjo toda aquella situación y el nacimiento de mi hija esa sombra que fue una losa para mi maternidad pero que ahora lo veo de lejos y esta superado... Ahora hay que centrarse y cuidar de nuestros retoños sin mirar atras! ! Besos Amiga!

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    1. Tenés toda la razón, amiga! No debemos dejar que nos lastime. Aunque a la vez tenemos que aprender a convivir con ella para poder mirar hacia adelante!!!

      Besotes, che!!!

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  9. Querida Pao... Poco puedo comentar desde el móvil, pero no puedo dejar de decirte que me encanta y me encantas. Sí, has vivido sombras, las vives seguramente aún, si no esas, otras, como todas las mamis, como todas las personas, pero sabes profundizar en ellas y plantarles cara como nadie. Eso te hace grande. Eso y mil cosas más, pero no puedo ponerlo todo aquí.
    Te diré que te admiro, y que tu forma de vivir la maternidad sólo puede traer consecuencias buenas, tanto para ti como para Muri.
    Un beso enorme

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    1. Querida Carol! Gracias por pasarte y por tus palabras. Yo sé que vos viviste las tuyas y cada día tratás de superarte, lo que me hace admirarte por la fuerza que le ponés a cada nuevo día! Me siento muy identificada con tu forma de vivir la maternidad, aunque debería aprender más de tu positividad!!!

      Un besazo gigante, amiga!!!

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  10. Pao, como dice arriba Mª Sarrión, celebro que puedas hablar de esas sombras desde la distancia, la reflexión y la tranquilidad. Celebro que el tiempo te haya devuelto la calma y la conexión con tu hijita que tan difícil te pusieron de entrada. Tremenda mama tiene esta nena... Celebro que lo hayas puesto en palabras una vez superado porque tu post de hoy puede servir de gran ayuda a madres que se encuentren en esa situación. Tus palabras las acompañarán y las ayudarán a salir adelante, porque ver que es posible, que otros lo hicieron antes que tú es el mayor impulso. Es de una gran generosidad que revisites este episodio (porque al escribirlo, de algún modo lo revives). Hay quien pasa página para seguir avanzando. Hay quien hace el esfuerzo de no olvidar detalle, da un pasito hacia atrás y agarra de la mano a alguien que lo estaba necesitando. Eso haces tú, eso hace tu post. Estratosférico.

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    1. Nuria, gracias por este comentario. Me hiciste emocionar. Ojalá sirva para otras mamás que en este momento están pasando por una situación parecida. Se puede salir adelante. Yo reconozco que soy muy enroscada, insegura y culposa y eso a veces complica las cosas, pero todas tenemos una fuerza interior, sólo debemos buscar y aprender a convivir con nuestras sombras porque son parte de lo que somos.
      Gracias totales, por leerme, por este aporte. Es un placer tenerte por acá!

      Besotes, che!!! ;-D

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    2. A una persona con esta capacidad de reflexión, se le permite ser como quiera.
      Me ha encantado lo de que "somos lo que hacemos para dejar de ser lo que somos"
      :-)

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  11. Qué grande eres Pao por esto y por todo lo demás. Expresar todo lo vivido de esta forma, abrirte y dejarnos ver todos tus sentimientos tan profundos y conseguir que nos emocionemos y los hagamos propios es...INCREÍBLE! Lo bueno de todo esto es que supiste fusionar esa sombra con todas las luces propias de la maternidad y eso hace que seas una madre genial, preocupada por su hija. Eres de admirar Pao y Muri lo sabe. La última frase de Carl Jung no puede ser más cierta.
    Un besazo mi niña!

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    1. Gracias, Noe! Sos un amor... gracias por tu comentario!!! Por suerte los días de bajón se fueron disipando y aunque a veces me complico sola, la relación con Muriel es preciosa y ella es muy cariñosa!
      La última frase de Jung es genial!!!
      Besazoooooooo, preciosa!!!

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  12. Brutal. Hay dos frases que se me han quedado rondando en la cabeza "me reconcilié conmigo y con ella" y "sólo podemos completarnos con nuestras luces y nuestras sombras".
    Las dos frases me transmiten un "todo", como persona, como mujer y como madre.

    Cómo sabes yo aún no soy madre, y por eso quiero darte las gracias, porque aveces me angustia pensar si cuando nazca mi hijo/a, no tengo unos sentimientos tan puros de amor,apego y seguridad como "está mandado que hay que tener".

    Ahora sé, habiendo leído tu artículo, y el de algunas otras bloggers, que me puedo permitir dudar, y sentir diferente, porque es posible la reconciliación conmigo misma y con el bebé, y las sombras son parte de la luz.

    Gracias por compartir tus sentimientos, tus sensaciones, y tus vivencias.

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    1. Gracias, che! Que bueno que pasaste por el post. Sí, lo sé y por eso quería que lo leyeras. Yo idealicé tanto todo durante el embarazo que el choque fue brusco. No hagas caso a lo que te digan, vos dejá fluir tus sentimientos, tus sensaciones, tu intuición. Sólo vos podés saber cómo te sentís y qué es lo que te hace mejor. Y cuanto tengas a tu bebé sólo vos vas a saber qué necesita. Pero sin duda, vas a conectarte con tu bebé cuanto más te escuches a vos misma. A mí me costó, estaba aterrada. Mi parto (y primer mes) no fue el soñado pero es el aprendizaje que me tocó y tardé en comprenderlo. Ojalá vos puedas disfrutar de un parto respetado. Te mando toda mi fuerza desde el otro lado del océnano para que tu deseo se haga realidad muy pronto!!!

      Un besote y gracias! Bienvenida ;-D

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  13. Cielo, que dureza leo en tus palabras, ese castigo al que te sometiste, inconscientemente, claro, pero en el que te culpabas de todo. Menos mal que saliste de ahí, de ese revuelo hormonal, personal, existencial. Tu NO tienes la culpa de haber pasado por una cesárea, ni de dar a tu hija el alimento que necesitaba de la mejr forma posible, ni de que no quisiera estar en brazos.... Para nada, NO es culpa tuya, tu eres su madre y lo has hecho del mejor modo posible. Está claro que pasar por el parto es un momento de cambio muy brusco, al que de una forma u otra todas tenemos que adaptarnos. Y tu, aunque te ha costado, lo has hecho, ahora conectad a la perfección con tu preciosa Muri y tienes que estar feliz por ello.
    Un besazo amiga. Te quiero

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  14. Tarde pero aquí estoy. Con el navegador y el post a medio leer desde ayer... Pao... Un post durísimo, mucho, pero lleno de luces. Las sombras en tu caso fueron aprendizaje, fueron conocerte a ti misma. Aceptar cosas que desconocías y mucha valentía. Porque no todo el mundo se introduce en la oscuridad para buscar la luz.

    Entiendo y comprendo lo mal que tuviste que pasarlo. Pero es hoy y te leo y veo a una mujer mucho más dura de lo que imaginas. Hoy, escribiendo estas letras has arrojado una potente luz sobre las sombras. Déjalas marchar. Puedes vivir con la tranquilidad de que eres una gran mujer y mejor mamá.

    Un besazo enorme princesa... No sabes cómo te haces querer...

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  15. Amiga, estoy tan crazy que mi comentario para Sombra lo dejé en Guión! (necesito ayuda jajaja) Así que dejaré el de Guión, aquí en Sombra :)

    Sabes? Compartimos mucho de ese guión, y no solo nosotras, sino muchas otras madres: no es la primera vez que escucho que es el anestesiólogo el único que consuela y apoya a la madre en una cesárea de emergencia, mientras los médicos la ignoran por completo. Contigo comparto eso y el creer que las cosas fluirían... para luego descubrir que la Naturaleza a veces nos juega trastadas. Pero lo bonito fue leer cómo terminaste tu post. Es cierto, de un momento a otro miras a tu bebé y sabes que el destinos de ambos está en tus manos, que del pasado hay que aprender para evitar repetir sus errores, y que de ahora en adelante, eso los hará más fuertes. Esa fuerza la siento en tus palabras y me encanta. Un abrazote para ti y para Muri, que tiene mucha suerte de tener una gran mamá :)

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  16. Me has dejado sin palabras!!!!! Creo que ninguna primeriza está prearada para ser madre, en el sentido que no tenemos ni idea de donde nos hemos metido. Poco a poco y gracias a esas criaturitas, vamos retomando la vida y la conexión con ellos, aquella queteníamos a traves del cordón umbilical......

    Lo mejor? que ahora eso quedó atrás, y sirve de experiencia, Muriel está creiendo perfectament y eso es todo gracias a sus papis.

    Un besote reina!

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  17. ay ay ay!!!! Por suerte leo esto, ahora, tarde, cuando el sol va iluminando ya los últimos rinconcitos de sombras que nos quedaban. Te abrazo. Te quiero. Las amo.

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Me harías muy feliz si me dejaras un comentario, che!!!

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