Ser MADRE... (una lucha continua)

La maternidad sí que da pelea

Primer round: la ignorancia y el temor muestran sus puños


Cuando estaba embarazada buscaba información, pero en mi ignorancia y pensando que la maternidad fluye naturalmente sólo buscaba temas que tuvieran que ver con mi bebé: en qué etapa del embarazo estaba, que hacía en esa semana, su tamaño, etc. No se me ocurría buscar apoyo, ni info sobre lactancia, creía que ella solita se iba a prender y no imaginaba las complicaciones. 
La cuestión es que nació Muriel recibí la primera bofetada, fue cesárea. El segundo golpe fue la misión imposible de prenderla a la teta. Sentía que no iba a poder con el rol de madre. A fin de cuentas no había podido con la lactancia (ver I y II), era una madre terrible. Por otra parte los médicos y enfermeras desde el minuto uno me prohibieron dormir con mi beba porque decían que podía aplastarla, asfixiarla y otras calamidades. Casi era como decir que al dormir perdés el conocimiento. Cosa que no es cierto ya que desde que nació mi hija afiné el oído y el famoso sexto sentido que tenemos las mujeres. Sólo que por temor cumplía al pié de la letra las indicaciones. Supuestamente eran ellos los que "sabían" del tema. Pero así y todo me sentía atada de pies y manos. Al final yo me guiaba por extraños que nada sabían de mí ni de mi pequeña. Una locura no?

Segundo round: el corazón se recupera y toma protagonismo

Pasaron los días y se disipó la tormenta de mi fracaso con la lactancia. Así que empecé a disfrutar de mi hija y decidí hacerlo a mi manera y así conocerla, escucharla, entenderla.
No sabía lo que era el apego, sin embargo no me despegaba de ella. Claro que al principio según sus reglas, ya que así chiquita y con menos de un mes se cansaba de estar en brazos y de hecho le costaba dormirse así (eso me bajoneaba, yo quería tenerla todo el día pegadita a mí). Con el tiempo eso fue cambiando y ella misma empezó a pedir upa y aún sin saber estirar sus bracitos, yo sabía cuando quería venir conmigo.
Así nos fuimos conectando. Aún así yo no sabía nada de apego, ni colecho. Sólo me guiaba por mi instinto. Un día la pasé a la cama ni bien su papá se fue a trabajar y dormimos toda la mañana juntas. Y así el día siguiente y el siguiente. La mañana era toda nuestra y en ocasiones, dormíamos hasta la 1 del mediodía. De noche seguía sin querer dormirse en la cama o en upa, yo la alimentaba, la arrullaba un buen rato (no se dormía hasta la 1 o 2 de la mañana) y después la acostaba en su catrecito y enseguida cerraba sus ojitos y dormía toda la noche de corrido. Durante el día estábamos siempre juntas y si no la tenía en brazos nos acostábamos las dos abrazaditas y sentía sus pataditas en mi cintura. Era como volver al último tiempo del embarazo. Escuchábamos música y mirábamos tele.
Intenté usar la bandolera de porteo desde el principio (aún sin saber lo que era portear) pero Muriel lloraba en esa posición. En general lloraba en las posiciones convencionales de los bebés. Con el tiempo empezó a erguirse y decidí la subirla a la mochila pegadita a mi pecho, así dábamos largas caminatas y paseos en colectivo. Se portaba super bien y disfrutaba del viaje! 

Tercer round: la corazonada le gana por K.O. a la ignorancia, los temores se disipan.

Pasaron los meses y Muriel ya tiene 14. Aprendió a decir MAMÁ a los 6. Antes del año ya decía: mamá, papá, abuela, nonno, nonna, nena, nena, esto, este, ahí tá, hola y madrina. A los 10 meses se paró solita y empezó a gatear por toda la casa. Una semana después de su cumpleaños se largó a caminar. Hoy no camina, corre. Le gusta que la persiga hasta que la alcanzo y la lleno a besos. Me ayuda en la cocina abriendo y cerrando las puertas de la alacena, se saca los zapatos y las medias sola. Le encanta bañarse y comer variado. Ama las frutas y las verduras, muere por el pollo y la carne. Le gusta la sopa de mil maneras. Disfruta comer.
Duerme con mamá y papá hasta cansarse. Es mimosa y pegota pero a la vez independiente y sociable. Le gusta investigar y hacer amigos. 
Hoy después de varios meses, siento que valió la pena el esfuerzo. Todavía me queda un largo camino. Pero es un aprendizaje continuo. Y todavía hay que mantener el título.
Porque como dije en otro post MADRE se aprende (siendo).